Las grandes conquistas árabes, por Hugh Kennedy
miércoles, 22 de abril de 2009
Este libro nos narra como las conquistas árabes han sido uno de los acontecimientos más influyentes de la historia. Aunque las fuentes con las que se cuenta para la elaboración de un texto no son al cien por cien fiables, si que se pueden sacar algunas conclusiones que tienen una probabilidad muy alta de ser históricas, para así hacernos una idea más completa de lo que realmente ocurrió en esta zona de la península Arábiga , desde la aparición de Mahoma y la divulgación del mensaje de Ala que él realizo, y como se expandió por occidente hasta la península Ibérica y por oriente hasta la zona correspondiente a la actual Pakistán. El libro se desarrolla en distintas fases:
El libro comienza con una breve introducción sobre la dificultad de encontrar escritos de las primeras fases de las conquistas árabes (s. VII-VIII) y de cómo el autor ha querido relatar esta historia basándose en lo poemas y testimonios de quienes lo vivieron tanto árabes como cristianos.
Tras ello comienza el desarrollo en sí de la historia comenzando por “los cimientos de la conquista” en la que se exponen las circunstancias que se estaban dando en Oriente próximo y el surgimiento, no sin dificultades, de la religión islámica a través del profeta Mahoma. En esta parte se observa como la península Arábiga esta llena de tribus en continua lucha y como con la aparición del Islam se consigue unir a todas ellas en una lucha común por extender el mensaje de Ala por todos los territorios, aunque también estaba el motivo de mantener ocupados a los guerreros beduinos ya que si se llega ha estancar la expansión islamista únicamente en la península Arábiga, las guerras tribales hubieran vuelto ha hacer su aparición limitando el crecimiento de lo que llegó a convertirse en el Imperio musulmán.
En una segunda parte, una vez consolidada la península arábiga, se centra en la expansión del imperio islámico, liderado por sus generales, hacia la zona de Siria y Palestina (). Esta zona se conquisto relativamente fácil ya que el imperio bizantino salía de una serie de luchas con el imperio sasánida (que ocupaba Irak e Irán) por el control de la zona. Ocasión que los árabes aprovecharon para atacar cuando aun no se había restablecido un control óptimo de dichos territorios, lo que supuso una conquista veloz de dichos territorios.
En la tercera parte, se centra en la conquista de Irak () llevada acabo por el califa Umar y que destaca por la insistencia que puso dicho califa para que se llevara acabo, ya que en la primera batalla de gran dimensión que se dio, el ejército musulmán fue derrotado claramente por los persas, pero no desistieron y consiguieron, en la batalla de Qasadiya, cambiar el rumbo de la guerra a su favor y derrotar poco a poco a todas las resistencias persas que se oponían a la conquista.
Continúa con una cuarta parte, en la que se desarrolla la conquista de Egipto (639-641) llevada a cabo por el general Amr a las órdenes del califa Umar. Esta conquista destaca básicamente por la rapidez con la que se realiza, esta facilidad, se debe a que el ejército musulmán tuvo colaboración por parte del pueblo copto de Egipto, aunque no se le puede atribuir únicamente a esto la victoria si que es clave para la rapidez con la que se llevó a cabo. Tras la conquista de este territorio los musulmanes fundaron una ciudad nueva, como había sido usual en Irak, El Cairo, y la establecieron como capital.
Después, desarrolla la conquista de Irán (642-650) una conquista que no fue tan rotunda como las anteriores, aunque supuso el final del Imperio sasánida. Esta conquista fue rápida pero no completa, quedaron muchos territorios que reconocían la supremacía musulmana pero que en un principio tenían una cierta autonomía a diferencia que las anteriores, también fue diferente ya que no se establecieron grandes ciudades musulmanas por lo que la cultura árabe no se contagió tanto como en Egipto, se observa en hechos como el de que en el siglo XXI la lengua y la escritura que se ha mantenido ha sido la persa.
Una vez conquistado Egipto, la conquista musulmana prosigue por el oeste (642-708), aunque tuvo lugar una expedición musulmana liderada por Uqba que llegó hasta la costa atlántica, la zona no estuvo sometida en su totalidad hasta que el ejército musulmán derrotó al Imperio bizantino en Cartago, con la consiguiente desaparición de influencia de estos en todo el Norte de África. Además tuvo que hacer frente a los bereberes liderados por Kahina, su líder, y la responsable de que se prolongara durante tantos años la conquista de la zona oeste de África. Tras estas victorias, los musulmanes si hicieron con toda la zona mediterránea de África.
Prosigue con la conquista del Oxus (650-751), noreste de Irán, un lugar donde primaba el concepto de libertad del ser humano y donde sus líderes no estaban dispuestos a someterse al poder de los invasores. Esta zona nunca había llegado a estar controlado por el Imperio sasánida, sus habitantes eran conocidos como turcos, nómadas resistentes y jinetes implacables. El conflicto fue el más largo y duro de todos los que tuvo lugar en las conquistas musulmanas y esto es debido a la falta de liderazgo por parte de los gobernantes árabes de la zona y también por las batallas entre los propios ejércitos árabes. El sentido de la yihad y expansión del islamismo había perdido el sentido primogénito y, ahora, los soldados únicamente combatían por riquezas y botines. Al final lograron someter a los príncipes del lugar aunque estos siguieron manteniendo su estatus.
Continúa con el parte titulada la ruta hacía Samarcanda, en la que prosigue con los hechos que tuvieron lugar en la orilla oriental del Oxus. En esta parte se plantean o distinguen tres etapas de conquistas; una primera parte en la que las tropas lideradas por Qutayba consiguen conquistar ciudades importantes como Samarcanda, la segunda, que tras el asesinato de este, le sucede un tiempo de falta de buenos lideres lo que hace que pierdan todos los territorios conquistados excepto Kish; y la tercera fase llega de la mano de dos líderes, Asad y Nasr que consiguen destruir al ejército turco debido a las alianzas con los príncipes regionales debido a su política de intentar integrarlos para su causa. Por último, concluye con el enfrentamiento entre el ejército árabe y el chino, con victoria del primero, y el establecimiento de una frontera prácticamente inalterable entre estos dos pueblos, tras la batalla de Talas.
Tras estas conquistas en la zona de Trasoxiana, el capitulo diez narra dos historias de conquistas, la de la zona de Sind en el valle bajo del río Indo y la de la Península Ibérica. Esta primera la lleva el general Muhammad, debido a su política conciliadora entre los conquistadores y los conquistados no le hizo falta tener ningún enfrentamiento fuerte entre ambos ejércitos rivales. La conquista de España viene condicionada por la muerte del rey visigodo Vitiza y los enfrentamientos por la sucesión en el trono entre Rodrigo y el hijo del rey, Ágila. Tras la victoria en Medina Sidonia el reino visigodo no tenía manera de defender el resto de la península por lo que rápidamente cayó en manos musulmanas. Esta conquista la realizó Tariq y Musa, que al igual que Muhammed fue castigado y encarcelado por el califa entrante debido al miedo de este por una posible falta de control en dichos territorios.
Tras ello, se termina con el desarrollo de las conquistas terrestres, centrando su atención en los movimientos que se dieron en el mar Mediterráneo, la conclusión que saco de lo ocurrido en los primeros años del surgimiento del islamismo en el mar es que los árabes consiguieron derrotar en algunas ocasiones a la marina bizantina, pero que nunca lograron conquistar o derrotar al puerto de Constantinopla, por lo que la hegemonía en el Mediterráneo oriental, siguió siendo bizantina en los primeros siglos del surgimiento del Islam.
Por último, concluye con dos capítulos, uno referente a las voces de los conquistados y termina con una conclusión. De esta última me quedo con un hecho que no puede pasar de largo para comprender la manera de actuar de los árabes, y es que “Fue la atracción y no la coerción lo que fomentó las conversaciones a la nueva fe.” Unió a las gentes, sin forzarla, con un objetivo común.
Comments
No response to “Las grandes conquistas árabes, por Hugh Kennedy”
Post a Comment | Enviar comentarios (Atom)
Publicar un comentario